Los probióticos son microorganismos vivos similares a la flora bacteriana, que contribuyen al balance microbiano intestinal. Estos al ser absorbidos evitan la reproducción descontrolada de bacterias perjudiciales para el cuerpo, explica María Alesia Branz, licenciada en Nutrición y Dietética.
Los probióticos pueden incorporarse a un amplio abanico de productos, tanto en alimentos como en medicamentos y suplementos dietéticos. Las formas más comunes para la administración de probióticos son los productos lácteos.
La experta sostiene que los yogures son la fuente de probióticos más conocida. Sin embargo, no cualquier yogur los contiene. “Aquellos pasteurizados son sometidos a un tratamiento térmico luego de la fermentación, que destruye a los cultivos vivos, por ende es necesario chequear en la etiqueta nutricional que el producto contenga cepas de bacterias” expresó.
Existen otros productos ricos en probióticos como lo son: los pepinillos, los quesos blandos; el chucrut, una especialidad alemana elaborada con col picada y fermentada; el kimchi, es el alimento más común en Corea cuyo vocablo significa vegetales salados; entre otros.
Para María Alesia Branz: “los probióticos sólo pueden proporcionarnos una salud óptima si se mantiene el equilibrio perfecto entre los diferentes tipos de bacterias que están en el intestino”. Es por ello, que los probióticos resultan de gran ayuda.
Entre los beneficios que aportan los probióticos, Branz destaca:
Ayudar en la digestión de la comida, especialmente alimentos difíciles de digerir.
Mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal.
Intervenir en la síntesis de las vitaminas del grupo B y mejorar la absorción de calcio.
Fortalecer al sistema inmune.
Fuente: http://goo.gl/9oGnNM
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