Mientras suenan con cada vez más intensidad las posibilidades de nuevas emisiones de deuda para buscar financiamiento externo, incluso para cubrir situaciones estacionales como la demanda de productos de la temporada navideña, quedan cada vez más en evidencia los desequilibrios fiscales que atraviesa el país.
En particular China como socio estratégico se ha vuelto una fuente indispensable de financiamiento, con recursos por al menos 28 millardos de dólares en relación con diversos proyectos, solamente según lo negociado en tiempos recientes. En el libro “China`s Superbank” se estima que incluso la exposición del banco de desarrollo China Development Bank al país es muy elevada, al mantener más de un tercio de sus préstamos al exterior en financiamiento a Venezuela.
Para el consultor privado James Parker, experto en la industria financiera radicado en Beijing, se mantendrá la necesidad por la ayuda de China en los próximos años a medida que el populismo va pasando factura. Los esfuerzos por ordenar la economía, considera, se ven complicados por la corrupción, el mal manejo de la industria petrolera, la crisis cambiaria y una inflación “masiva”.
Con altas posibilidades de una devaluación cercana, existen dificultades para revertir políticas públicas que han llevado a la situación actual, en especial a menos de dos meses de un evento electoral. El nivel de los precios petroleros y la relación de la capacidad de pago del país con la actividad de la industria continuarán como el aspecto relativamente más positivo en la percepción internacional, por los momentos.
Fuente: http://goo.gl/msQy6K
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